miércoles, 29 de junio de 2011

Lo que necesitas saber sobre los defectos al nacimiento

En general, las mujeres embarazadas se preocupan por el bebé, el parto y porque todo salga bien (en especial las mamás primerizas), y esperan que su hijo nazca sin problemas. Si bien esto es así en la mayoría de los casos, a veces los niños pueden llegar con defectos de nacimiento (malformaciones congénitas). ¿Por qué ocurre eso, se puede hacer algo para evitarlo? Aquí te contamos más al respecto y cómo cuidarte durante el embarazo.
El nacimiento es, como se dice, “un milagro, el milagro de la vida”. Nacen bebés todos los días, es un proceso natural de la vida y es sorprendente que el niño salga del vientre materno perfectamente desarrollado. Si lo piensas bien, verás que desde el momento mismo de la concepción ha sido todo un proceso perfecto en el cual cada cosa se iba ligando a la otra hasta que llegó el momento tan esperado.
En general, la mayoría de los bebés nacen en buenas condiciones de salud y no tienen problemas. Sin embargo, debes tener en cuenta que a veces, pueden nacer con defectos de nacimiento (o malformaciones congénitas), y estos sucede más seguido de los que se cree. Específicamente, se estima que esto le ocurre a 1 de cada 33 bebés por año.
Los defectos de nacimiento pueden variar en severidad de leves a graves, y pueden afectar al aspecto físico, al funcionamiento del cuerpo o a ambos.
Algunos defectos de nacimiento se pueden diagnosticar antes de que nazca el bebé, con las pruebas o exámenes prenatales, como la ecografía (ultrasonido) o la amniocentesis, por ejemplo. Estos exámenes te permitirán saber más temprano qué cosas pueden ocurrir, para que puedas tomar decisiones con tiempo y hacer planes para el futuro.
En otras ocasiones los defectos de nacimiento o malformaciones congénitas se detectan luego de que el bebé ya ha nacido, pero sólo en algunos casos puede ser fácil de reconocer en el momento del parto, como el labio leporino o los defectos del tubo neural, que generan problemas en el cerebro y en la médula espinal. Otras veces no puedes darte cuenta sino hasta que el niño o la niña empieza  a crecer, como cuando se trata de problemas cardíacos.
¿Sabías que hay varias cosas que puedes hacer durante tu embarazo para proteger a tu bebé y fomentar un desarrollo normal? Si bien las causas que causan los defectos de nacimiento no son del todo claras y muchas veces no pueden ni predecirse ni prevenirse, se cree que la mayoría de los defectos congénitos se producen durante los primeros tres meses de gestación (del embarazo).
Por eso, por ejemplo, es importante tomar el ácido fólico (que es una de las vitaminas B), incluso en los primeros 3 meses antes de quedar embarazada. El ácido fólico ayuda a desarrollar el cerebro y la columna vertebral del bebé en el primer mes de embarazo, cuando todavía no puedes saber que ya estás esperando un hijo. Si estás pensando embarazarte, consulta con tu médico acerca de cuánto debes tomar.
Si tu bebé ya está en camino, recuerda que la placenta que lo une con tu cuerpo no es una barrera que puede protegerlo en un 100% mientras se desarrolla, ya que también permite el intercambio de sustancias. Por ejemplo, es a través de la placenta que se alimenta durante los 9 meses. Por eso, si fumas, bebes alcohol, usas drogas ilegales o estás expuesta a enfermedades infecciosas, tu bebé también estará expuesto.
¿Significa que no debes fumar ni un solo cigarrillo, ni tomar vino o cerveza ocasionalmente? Efectivamente, esta es la recomendación. El alcohol, por ejemplo, le puede provocar lo que se conoce como trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF), que puede causarle problemas físicos, de comportamiento y del aprendizaje que perduren por toda la vida, ¡No existe una cantidad segura, ni un momento en el que no se corra un riesgo si se consumen bebidas alcohólicas durante el embarazo!
Por otro lado, el padecer enfermedades infecciosas durante este período también puede afectar a tu bebé. Si tienes síntomas o notas algo extraño, consulta a tu médico, él o ella te indicarán qué debes hacer. Además, ¿sabías que puedes prevenir las infecciones de una manera muy sencilla? Sólo debes recordar lavarte las manos frecuentemente, especialmente después de haber ido al baño o de haber tocado carne cruda, huevos crudos, vegetales sin lavar y las mascotas. También después de trabajar en el jardín o de cuidar niños pequeños.
Asimismo, ten en cuenta que algunos medicamentos, suplementos y hierbas también se han asociado con el desarrollo de defectos de nacimiento. Por eso es importante que no los uses por decisión propia, siempre consulta con tu médico antes de tomar cualquier medicina, suplemento o hierba, incluso las medicinas de venta libre.
Otro factor importante es mantener una alimentación saludable y balanceada, de acuerdo a tu situación particular (recuerda que tu bebé se alimenta de ti). Consulta con el o la especialista que te está asesorando y pregúntale si es necesario que lleves alguna dieta en especial. Evita consumir leche cruda y alimentos hechos con ella, y no comas carne cruda o mal cocinada.
Por último, para cuidar el desarrollo de tu bebé, recuerda que debes visitar regularmente a tu médico y hablar con él o ella acerca de cualquier problema crónico que tengas (como obesidad, diabetes o convulsiones, por ejemplo) para que pueda indicarte cómo mantenerlo bajo control. También puedes preguntarle acerca de cualquier sustancia que debas evitar en el trabajo o en la casa.
Con todas estas sugerencias en mente, no te olvides de disfrutar esta etapa tan importante para ti, la futura madre y preparar con amor el lugar que ya ha empezado a ocupar el nuevo integrante de la familia.

Dr Fernando Marin M
www.ginecomarin.com

jueves, 23 de junio de 2011

10 Inesperados beneficios del Sexo para tu Salud

por Aliza A Lifshitz MD (Extraido de Vida y Salud. com)


Por lo general, pensamos que algo que se siente bien, nos nos hace bien. Es el caso
por ejemplo, de comerte un pastel. Inmediatamente, piensas que te hace mal, que vas a engordar y que no vas a volverlo a comer en varios meses. Sin embargo, no todo lo que nos da placer nos hace daño. Al contrario. Por ejemplo, está el sexo. 

La naturaleza nos dio el sexo para disfrutar del ser que amamos a plenitud. Y además, el sexo nos da un regalo adicional: los beneficios que le trae a nuestra salud. 

Así que deja a un lado los tabús, porque llegó el momento de reconocer que somos seres sexuales y que esta práctica tan humana (siempre dentro del respeto y la responsabilidad) nos trae inmensos beneficios que te harán vivir una vida más plena en todo sentido.

A continuación encontrarás algunos de los beneficios que te trae el tener relaciones sexuales regularmente.

1. El sexo te ayuda a estar en forma. 
Si odias los gimnasios y no te atrae para nada salir a correr o caminar media hora, tal vez encuentres en el sexo una buena alternativa para quemar calorías. Si bien no
sustituye a una rutina de ejercicios, con media hora de sexo puedes quemar 85 calorías o más. Haciendo la matemática, esto indica que con 42 sesiones de sexo durante 30 minutos, podrías perder más de 3,500 calorías y perder una libra.

El gasto calórico que se produce durante el sexo se debe a que en poco tiempo el cuerpo excede su carga habitual de trabajo. Incluso, el roce de los cuerpos genera gasto energético, pues se activa el mecanismo de termorregulación del cuerpo, que acelera el metabolismo.

Además, si te pones a pensar, durante el acto sexual adoptamos posiciones y hacemosmovimientos que no son parte de nuestros movimientos cotidianos. Los músculos se ponen a trabajar a toda máquina y también resultan beneficiados porque logran tonificarse con el tiempo.

Tener relaciones sexuales puede ser la forma más placentera de mantenerse en forma.

2. El sexo mantiene a tu corazón sano
Si eres de los que teme que tener relaciones sexuales pueda causarte un infarto, despreocúpate. Los investigadores en Inglaterra, después de seguir a más de 900 hombres por 20 años, descubrieron que el sexo no estaba relacionado con los ataques al corazón. Al contrario, los hombres que tenían sexo dos o más veces a la semana tenían la mitad de posibilidades de sufrir un ataque que los hombres que tenían sexo sólo 1 vez al mes.

Y ¿porqué sucede esto? Al tener relaciones sexuales tu cuerpo se activa como si estuviera haciendo cualquier ejercicio aeróbico (caminar, correr, patinar). A estos ejercicios se les llama cardiovasculares porque bombean la sangre más rápido y aumentan la circulación y el oxígeno por todo tu cuerpo. Así, al tener sexo, terminas fortaleciendo tu corazón y tu sistema cardiovascular.

Ya es hora de que dejemos de culpar al sexo de todos nuestros males y miedos. Ponle lógica... si el sexo te ayuda a reducir el estrés y a mantenerte en forma, dos de las principales causas de las enfermedades cardíacas, no tiene sentido que él mismo sea el causante de un infarto. Al contrario, el sexo puede ser la clave para mantener tu corazón saño y fuerte por mucho tiempo.

3. El sexo reduce el estrés
Si eres de los que le dice no al sexo porque estás estresado, busca otra excusa. Hacer el amor es la mejor terapia para relajarte y darte la inyección de energía que necesitas. Cuando tienes un orgasmo, se liberan grandes cantidades de la hormona oxitocina, tradicionalmente asociada con su papel en el enamoramiento, el sexo y el amor por las personas –incluso ha sido llamada “la hormona de la generosidad”--. Esta hormona
hace que te sientas revitalizado y dejes a un lado tus preocupaciones.

Pero los beneficios de los encuentros sexuales para el estrés no terminan ahí. El sexo aumenta el riego sanguíneo a lo largo y ancho de tu cuerpo, los pulmones reciben más oxígeno y tu presión arterial baja. Un estudio realizado en Escocia analizó el comportamiento sexual de 24 mujeres y 22 hombres y les pidieron que llevaran un diario de su actividad sexual. Luego, los investigadores sometieron a estas personas a
situaciones estresantes y notaron que la presión arterial de quienes tuvieron más actividad sexual fue más baja que la de quienes no tuvieron sexo.

Además, aumenta la producción de endorfinas, una hormana conocida por mejorar el estado de ánimo. Así que si hoy tuviste un día lleno de estrés y mal humor, una dosis de amor te puede sacar de ese estado.

4. El sexo controla el dolor
Es mejor que no sigas usando la famosa disculpa de la jaqueca para no tener sexo, pues resulta que un buen encuentro sexual con tu pareja puede ser el mejor remedio para este tipo de dolor.

Al tener un orgasmo, tu cuerpo libera la hormona oxitocina y aumenta la endorfina, haciendo que la sensación  de dolor disminuya. Los efectos de la oxitocina en lareducción del dolor han sido comprobados mediante estudios, y es especialmente bueno para calmar el dolor de cabeza, los síntomas del Síndrome Premenstrual (SPM) y los dolores de la artritis.

Y si realmente tienes jaqueca, no te niegues al sexo. Al contrario, puedes aprovecharla para convencer a tu pareja de hacer el amor para que se te calme.

5. El sexo aumenta tus defensas
El tener relaciones sexuales con regularidad, es decir dos o tres veces por semana, puede tener beneficios para tu sistema inmunológico. Un estudio realizado en Alemania por científicos de la Universidad Técnica de Zurich, demostró que el número de anticuerpos del cuerpo aumenta justo después del orgasmo. Esto también
ha sido comprobado por varios estudios científicos en Estados Unidos.

Parece ser que nuestro cuerpo desarrolla más anticuerpos a manera de prevención, pues durante el acto sexual hay un intercambio importante de bacterias. Así que si quieres estar más preparado para enfrentar enfermedades como el resfrío y la gripe, por ejemplo, te aconsejo que consideres al sexo como la mejor arma de prevención.

6. El sexo reduce el riesgo de desarrollar cáncer de próstata
¡Quién lo creyera! De acuerdo con los últimos estudios, eyacular frecuentemente puede servir para reducir tus riesgos o los de tu pareja de sufrir cáncer de próstata. Sí, así como lo escuchas. En un estudio realizado en Australia se descubrió que los hombres jóvenes (alrededor de los 20 años) que tenían relaciones sexuales caso a diario (mínimo 5 días a la semana) y lograban eyacular exitosamente, reducían sus posibilidades de desarrollar cáncer de próstata más adelante.

¿Qué pasa si ya dejaste tus 20 años atrás? No te preocupes, pues los beneficios del sexo son para todas las edades. En otro estudio publicado acá en los Estados Unidos, se descubrió que los hombres mayores que tenían más de 20 eyaculaciones al mes tenían menos riesgo de desarrollar cáncer de próstata que aquellos que tenían una sola relación sexual a la semana, o 4 a 7 eyaculaciones al mes.

7. Sexo… y a dormir como un bebé
Nuevamente la hormona oxitocina, que liberas durante el sexo, es la causante de tus beneficios. Además de ayudarte a reducir el estrés y el dolor, también te ayuda a dormir mejor. Y dormir mejor es una de las claves para tener una vida saludable, pues mantiene tu cuerpo descansado, te ayuda a mantener un peso adecuado y a controlar la presión arterial. Además, nadie puede negar que dormir bien es vital para recargar energías y sentirse positivo.

8. El sexo podría regular tu ciclo menstrual
Unos estudios realizados en las Universidades de Columbia y Stanford encontraron que las mujeres que tenían relaciones sexuales mínimo una vez a la semana (excepto cuando tenían su periodo) tendían a tener ciclos menstruales más regulares que las que no tenían relaciones sexuales o las que las tenían esporádicamente. Según los investigadores, esto se debe a los beneficios de la intimidad, ya que no era necesario que tuvieran orgasmo. ¿Quizá los beneficios de la hormona oxitocina en la intimidad
tengan otras consecuencias?

9. El sexo podría ayudar al control de la orina
Muchas mujeres después de dar a luz, o símplemente con la edad notan que a veces cuando estornudan, cuando tosen o se ríen, tienen dificultad para controlar la orina. O cuando tienen que ir al baño a orinar, es lo que se conoce como incontinencia urinaria por estrés. Y se debe a debilidad de los músculos pélvicos. Quizá hayas escuchado hablar de los ejercicios de Kegel. Son los ejercicios que haces cada vez que quieres
parar el chorro de orina por alguna razón. Pues aunque no lo creas, son los mismos músculos que se utilizan cuando se tienen relaciones sexuales. Así que si los usas con frecuencia haciendo el amor, tiene menos posibilidades de tener problemas de incontinencia urinaria.

10. El sexo podría ayudarte con tu postura
Durante las relaciones sexuales se utilizan los músculos abdominales y los glúteos (las nalgas). Estos músculos sostienen la parte baja de la espalda. Si estos músculos están fuertes y en buenas condiciones, tendrás no sólo a tu espalda más contenta, sino una mejor postura.

¿Te habrías imaginado tantos beneficios del sexo? Probablemente algunos de estos ya los sabías o quizá te los imaginabas, pero seguro que algunos te sorprendieron. Es así, como el sexo que es una de las actividades naturales del cuerpo, no sólo te da placer, sino que además te proporciona beneficios a tu salud tanto física como emocional. No vale la pena seguirte negando ese placer. Si tienes la posibilidad y una pareja
respetuosa y responsable, es hora de que disfrutes del sexo y de tu cuerpo a plenitud.

jueves, 16 de junio de 2011

¿Son seguras las hormonas bioidénticas para la menopausia?

Frente a las dudas que existen sobre los tratamientos con hormonas sintéticas para la menopausia, las hormonas bioidénticas se han vuelto populares en los últimos años, especialmente porque se dice que son “naturales”. Algunos dicen que son más seguras, pero hay expertos que no las recomiendan. ¿Qué puedes creer? En Vida y Salud te ayudamos a aclarar esta confusión.
Las hormonas bioidénticas son hormonas químicamente idénticas a las que produce nuestro cuerpo. Su diferencia con las hormonas sintéticas, es que no son elaboradas en un laboratorio de forma artificial sino que son extraídas de fuentes naturales, especialmente de los químicos de algunas plantas. Por eso se consideran “naturales”.
Antes de saber si estas hormonas son mejores que las sintéticas, primero es necesario aclarar una confusión sobre lo que son las hormonas bioidénticas, pues actualmente existen dos grupos, y hay que saber identificar cuál es cuál para poder elegir sabiamente.
En el mundo científico se consideran hormonas bioidénticas a las “hormonas naturales”, que se venden con receta médica en presentaciones aprobadas y reguladas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA en inglés), ya que se hicieron todos los estudios necesarios, con los compuestos y las dosis para determinar tanto sus efectos benéficos, como sus riesgos y sus posibles efectos secundarios y se sabe exactamente qué viene en cada pastilla o parche. Algunos ejemplos son el Estrace y el Prometrium (en pastillas), así como el Climara y el Vivelle-Dot (en parches). Estos son los nombres comerciales.
Por otro lado, algunas farmacias y algunas tiendas preparan unos compuestos a los que también les llaman hormonas bioidénticas que no han sido aprobadas por la FDA. Estos productos se llaman “compuestos”, pues son una combinación de varias hormonas, la mayoría provenientes de fuentes naturales. Generalmente usan una combinación de tres hormonas, dos estrógenos débiles – que por cierto no producen los ovarios – y una (estradiol) que si producen, y es la que usan los compuestos comerciales. Se pueden conseguir muy fácilmente pues son de venta libre, no requieren receta médica.
La característica principal de los “compuestos” es que te dicen que son hechos a la medida para ti, con el interés de brindarte la cantidad exacta de hormonas que tu cuerpo necesita. Esta medición la definen de acuerdo con una prueba hormonal realizada en una muestra de tu saliva.
A veces también te venden otras hormonas de progesterona provenientes de soya o de batata o camote en forma de cremas que resultan buenas para hidratar la piel del brazo donde te la aplicas nada más. En realidad no tienen efectos hormonales en tu cuerpo (a pesar de lo que te prometen los que te la venden) porque nuestra piel carece de las enzimas necesarias para extraer a la hormona de la planta.
¿Cuál es la diferencia entre los dos? La regulación de la FDA hace una gran diferencia. En el caso de las hormonas bioidénticas que se venden con prescripción (receta) médica, la FDA asegura que se han hecho pruebas con estas medicinas, que se ha comprobado su eficiencia, su potencia y su pureza. La dosis nunca varía. Hay ciertos lineamientos que se tienen que seguir antes de que puedan salir a la venta.
En cuanto a los compuestos de las hormonas bioidénticas que preparan a la medida, aunque los ingredientes estén aprobados por la FDA, la combinación que recibes no lo está y puede variar cada vez que vas por tu receta. Por lo mismo, no se puede hablar con certeza de ellas y hasta el momento no se han hecho las investigaciones necesarias para saber si realmente son eficientes. Además, como su fabricación no está regulada por la FDA, es difícil garantizar que los ingredientes usados sean de calidad, o que la mezcla no se haya contaminado en el proceso.
Y yendo más allá, hay muchas dudas sobre estas fórmulas hechas a la medida. En primer lugar, al medir los niveles hormonales de la mujer a través de su saliva, no se tiene en cuenta que estos niveles cambian en nuestros cuerpos varias veces durante el día y que por lo mismo siempre van a dar una medición diferente. No son tan exactos como los de la sangre. Y en segundo lugar, cuando la dosis de las hormonas cambia puede ser peligroso para tu cuerpo.
Ahora sí… ¿en cuanto a que si las hormonas bioidénticas son mejores que las hormonas sintéticas que se usan frecuentemente en los tratamientos hormonales? Después de haber aclarado lo anterior, aún no hay una repuesta exacta a esta pregunta.
Hasta la fecha lo único que se ha podido comprobar es que las hormonas bioidénticas aprobadas por la FDA, que se venden con prescripción médica, son efectivas en la reducción y el tratamiento de los síntomas de la menopausia. Pero no se ha podido comprobar si son mejores o peores que las sintéticas. Y en cuanto a los “compuestos”… ni que hablar, pues no se sabe ni siquiera si son eficientes o seguros.
Aunque la decisión final de tomar hormonas bioidénticas en vez de hormonas sintéticas es una decisión personal de cada mujer, la Sociedad Norteamericana de la Menopausia te recuerda que las hormonas siguen siendo hormonas, sean sintéticas o naturales, y seguirán teniendo efecto en tu cuerpo. No tenemos evidencia de que las bioidénticas o “naturales” sean más o menos seguras. Por lo tanto, no deben tomarse sin la vigilancia de un médico y sin saber si han sido producidas con todas las garantías de seguridad.
Antes de tomar cualquier producto (sea natural o no), toma precauciones, infórmate bien y verifica de donde obtienes esa información. Si tienes dudas consulta a tu médico y si es necesario, pide una segunda opinión.